Como Ortopedista especializado en rodilla, hombro y cadera, con formación avanzada en cirugía asistida por robot ROSA®, a menudo me encuentro con una pregunta clave en consulta: ¿Cuándo es realmente necesaria una prótesis de rodilla?
La decisión de colocar una prótesis no es menor. No se trata simplemente de «reemplazar una articulación dañada», sino de devolverle al paciente calidad de vida, movilidad y autonomía.
¿Qué es una prótesis de rodilla?
Una prótesis de rodilla es un implante que reemplaza total o parcialmente las superficies articulares dañadas por desgaste, lesiones o enfermedades como la artrosis. Está diseñada para replicar el movimiento natural de la rodilla y reducir el dolor.
¿Cuándo se recomienda?
La indicación para una prótesis de rodilla suele basarse en tres factores fundamentales:
1. Dolor crónico que limita la vida diaria
Si el paciente experimenta dolor persistente que no mejora con tratamientos conservadores (medicación, fisioterapia, infiltraciones, etc.) y este dolor interfiere con actividades básicas como caminar, subir escaleras o incluso dormir, es momento de considerar una intervención.
2. Pérdida de movilidad o deformidad progresiva
El desgaste de la articulación puede llevar a rigidez, inestabilidad o desviación de la rodilla (como el genu varo o valgo), lo que compromete el eje mecánico y favorece la progresión del daño.
3. Falla de tratamientos previos
Cuando se ha intentado sin éxito un manejo integral no quirúrgico, incluyendo cambios en el estilo de vida, control de peso, ejercicios terapéuticos y abordaje del dolor, la artroplastía se convierte en una opción segura y eficaz.
¿Por qué se recomienda?
Recomendar una prótesis de rodilla no es una decisión que tomamos a la ligera. Lo hacemos cuando estamos convencidos de que:
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El dolor es incapacitante.
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La degeneración articular es severa (usualmente evidenciada por estudios de imagen).
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El beneficio superará ampliamente los riesgos quirúrgicos.
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El paciente podrá recuperar una función articular aceptable, incluso con posibilidad de realizar actividad física moderada.
Hoy, gracias a tecnologías como la cirugía robótica ROSA®, podemos ofrecer resultados más precisos, personalizados y con recuperación más rápida. Esta plataforma permite planificar e implementar cada implante milimétricamente, respetando la anatomía del paciente y mejorando la alineación y el equilibrio ligamentario de la rodilla.
Conclusión
Una prótesis de rodilla no es solo una solución para el dolor: es una puerta abierta a una vida más activa, independiente y plena. Evaluarla a tiempo, con los criterios adecuados, permite tomar decisiones informadas y seguras.
Si estás enfrentando dolor de rodilla que te impide vivir con libertad, consulta con un especialista. La tecnología, la experiencia médica y tu compromiso con la rehabilitación pueden transformar tu movilidad.